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Euroliga. Real Madrid, 89-Bilbao Basket, 73

Todo es mucho más fácil con Sergio Rodríguez

miércoles 04 de junio de 2014, 13:55h
Todo es mucho más fácil con Sergio Rodríguez
Hace tiempo que el riesgo, esa palabra que se forma con las mismas letras que Sergio, ya no le persigue como un estigma. Hace tiempo que la NBA es una purgatorio lejano.

Cuando el Real Madrid se mueve al ritmo de Sergio Rodríguez, fluye mucho mejor. Baile acompasado el que impone un jugador definitivamente recuperado para la causa, aunque de vez en cuando eche un borrón (sobre todo en defensa), como la semana pasada enfrente del imparable Bo McCalebb. Desde el primer día, Pablo Laso, que algo sabe de bases, lo tuvo claro. Confianza máxima en el Chacho, fuera Prigioni. Cada vez más regular, más asentado, con más confianza, el tinerfeño completó una de sus mejores obras desde que viste de blanco. Bajo sus órdenes superó con holgura el Real Madrid el envite trampa ante el Gescrap Bilbao, sinónimo de recientes pesadillas, rival también el domingo en Liga y el próximo miércoles de nuevo en Europa.

Desde que en el amanecer del choque Sergio se encaró con Aaron Jackson –técnica doble– se intuyó que habría un protagonista. El Madrid, sin red ya en este Top 16 de la Euroliga, se estrenó con una asistencia y un triple del Chacho. Iba a ser la tónica. La ventaja creció de repente ante un Bilbao despistado en defensa y fallón en ataque; inferior siempre en el rebote. Dos nuevos pases de canasta de Sergio para estirar un marcador (21-12, min. 7) que ya nunca se contraería del todo. Cuando peor estuvo el asunto para el Madrid, cuando el Bilbao, zorro viejo, equipo veterano pero inagotable en sus remontadas, amenazaba con dar un vuelco a la noche (con un 0-10 de salida en el tercer cuarto para el 69-65), ahí que regresó Sergio Rodríguez a la pista. Y se acabó lo que se daba, pues las musas estaban de su lado. Parcial de vuelta (11-1) para sentenciar el duelo y para encumbrar al base, que acabó con 20 puntos y siete asistencias.

Por el camino se vio a un Bilbao que pagó su penoso aterrizar. A los 15 minutos había encajado 45 puntos, para desesperación de Katsikaris. Así es imposible ante este Madrid de vendaval. Había emergido Begic en el segundo cuarto, con 12 puntos sin fallo ante el hombre que tuvo que dejarle hueco en la plantilla. D’Or Fischer, retador en la previa, en el primer partido de vuelta a Madrid, fue incapaz en la pintura.

Cambió de cara el subcampeón de Liga justo antes del descanso. Mumbrú y, sobre todo Banic, evitaron la debacle total. En el minuto 24 se produjo el primer acercamiento (55-48) y aunque el Madrid volvió a estirar la cuerda, aún regresarían los de negro, a los que ahora sí les entraban los triples. Contra lo que no pudieron fue contra el talento, contra la magia y el descaro de un Sergio Rodríguez crecidísimo.
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