Ante la parálisis de la junta directiva, el vestuario del Barça ha tomado la palabra. Las actuaciones arbitrales que han afectado al Barcelona esta temporada, especialmente en las dos últimas jornadas, empiezan a cansar a unos jugadores que por una parte aseguran entender lo difícil que es el trabajo arbitral, pero por otra creen necesario consignar que llevan una temporada en la que están siendo víctimas de la falta de acierto de los colegiados. A un día del partido de ida de los cuartos de final de la Copa en el Bernabéu, se ha abierto el debate arbitral.
Quien mejor ha expresado el estado de ánimo de un barcelonismo huérfano de un portavoz que dé el alto a una serie de errores que empiezan a acumularse en contra de los intereses barcelonistas, fue Xavi Hernández.
El segundo capitán del Barcelona se explicó ayer: "Este año nos perjudican más que nos benefician, pero otros años ha sido al contrario. No pasa nada. Hay que aceptarlo porque son gajes del oficio. Hay que entenderlo, hay que decidir en segundos y su trabajo es muy complicado, pero los hechos son los que son y no queremos quejarnos de eso". Lo cierto es que, aunque sea una constatación de hechos bien construida, sólida e incluso justificada, la pátina de queja no se la quita nadie.
No está solo. La voz de Xavi no es la única, aunque sea la que más se escuche. Desde hace tiempo, una parte de la afición barcelonista se siente incómoda ante la falta de respuesta por parte del club ante los errores arbitrales que castigaron al Barcelona en Valencia, San Sebastián, Getafe, Cornellà y el domingo en el Camp Nou ante el Betis. Como Guardiola ha dejado claro desde que se sentó en el banquillo del Barça que él no iba a hablar de los árbitros, la afición esperaba que fuera alguien desde la junta el que asumiera el papel de malo de la película. Más o menos lo que hizo durante toda su carrera directiva Joan Gaspart. No obstante, Sandro Rosell ha asumido como propio el discurso del técnico y tras el partido contra el Espanyol se limitó a parafrasear a su entrenador: "Si no pitan penalti es porque no lo han visto".
No obstante, parece que la política de poner la otra mejilla empieza a agotar la paciencia de los jugadores, que son los que lo sufren sobre el terreno de juego. Así pues, dos futbolistas tan fríos como Leo Messi o Iniesta han llegado a protestar decisiones arbitrales ante los colegiados en actitudes que hasta hace poco eran impensables en ellos.
Iniesta, por ejemplo, fue objeto de un penalti claro ante el Betis, pero Iglesias Villanueva, el colegiado del partido, le mostró tarjeta amarilla, lo que sacó de quicio al ejemplar jugador manchego.
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