www.tribunadelamoraleja.com

El Gobierno Central asume el control

El coronavirus sera un golpe duro para la economía del país
Ampliar

El coronavirus sera un golpe duro para la economía del país

Quince días de control sumarísimo de la enferdad

domingo 15 de marzo de 2020, 10:08h

'Que bien lo dice y que claro habla', nos cuenta una lectora, tras la tardía y esperada intervención del sábado ante las cámaras de televisión Más de siete horas de retraso para que las fuerzas políticas se pusieran de acuerdo. Al final, en una muestra de saber hacer del presidente, puso a cada uno en su sitio. No paso bola ni a su más directo colaborador, Pablo Iglesias, que se salto la cuarentena para pillar algo de protagonismo.

Los españoles estamos confinados desde este lunes en nuestras casas salvo para ir a trabajar, a comprar o a urgencias. Las tensiones internas entre los socios de coalición, PSOE y Podemos, y la falta de coordinación acompañaron también la activación por parte del Gobierno del estado de alarma. En un nuevo capítulo que reflejó de manera dantesca la debilidad de un Ejecutivo dividido y enfrentado por las cuotas de poder y por el alcance de las medidas económicas ante una situación de emergencia nacional. El Real Decreto que regula el estado de alarma implica obligatoriamente una recentralización de competencias bajo un mando único, el del presidente del Gobierno, con un segundo escalón operativo con «autoridades competentes delegadas», en el que están las carteras centrales del Gabinete de coalición, Interior, Defensa, Transporte y Sanidad, todas en manos de ministros del PSOE.

Pero saltará sobre la coalición gubernamental en cuanto termine la crisis sanitaria porque si ya antes tenían delante de sí un Gobierno débil e inestable, cuando haya que empezar a gestionar la devastadora tormenta económica que deja esta crisis nacional lo que prevén es que haya «un desgobierno absoluto, con Sánchez abrasado en medio de los tirones de sus socios parlamentarios para quitarse de en medio la protesta y el malestar social».

«Nadie querrá complicidades con Sánchez, todos se harán adversarios», prevén en Génova. Y el sentido de Estado del PP, como líder de la oposición, dejará de obligarle a callar en cuanto acabe la gestión de la emergencia sanitaria. Como haría el PSOE en las mismas circunstancias. «Casado no puede hacerse cómplice de la gestión de Sánchez hipotecada a sus socios de investidura, y pasará al ataque en cuanto seamos capaces de superar esto. Habrá tiempo, pero la gestión no ha podido ser más desastrosa. Ha faltado fortaleza y liderazgo y tendrá que explicar por qué tardó tanto en actuar con el coste en vidas que esto ha supuesto», anticipan en la dirección popular. Por supuesto, sin apoyo gratis a los Presupuestos.

Casado seguirá exigiendo a Sánchez que elija entre sus socios o el pacto con el PP para cuestiones de Estado como la política económica. Sánchez está desbordado por la situación. En estos días se ha visualizado que la evolución de la pandemia y las decisiones unilaterales de comunidades de tanto peso como Madrid, Cataluña o País Vasco atropellaban la pasividad del Gobierno y desnudaban la incapacidad del Ministerio de Sanidad para mantener la necesaria unidad de acción.

El jefe del Ejecutivo intentó evitar la declaración del estado de alarma porque además del coste económico, en Moncloa temían lo que ayer empezó a visualizarse, las tensiones con Podemos y con Urkullu y Torra. El anuncio de la aprobación del estado de alarma a plazos, sin hacerlo efectivo de manera inmediata, provocó este viernes un efecto de éxodo desde Madrid hacia Andalucía y otras comunidades del Levante, con el coste en la expansión de la enfermedad que se deriva de una huida incontrolada de uno de los principales focos de contagio. Cuando lo que se iba a discutir encima de la mesa del Consejo de Ministros era, precisamente, el plan de confinamiento de los españoles para limitar ese escenario. El Gobierno buscará a partir del lunes la complicidad de la oposición. Pero primero tendrá que someterse hoy al examen de las comunidades. Para la mayoría, la prioridad será la garantía de recursos para proteger a sus sanitarios y a sus enfermos cuando sus sistemas sanitarios ya han llegado al estado de colapso. Por si fuera poca presión sobre Moncloa, Sánchez también se examina en el pulso que le plantean Quim Torra y el «lendakari» Urkullu para frenar el decreto que afecta a sus competencias.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)
Compartir en Google Bookmarks Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios