Regresan con paulatina reactivación sectores como los del transporte, turismo, cultura, comercio minorista, hostelería y restauración, entre otros. La desescalada se plantea como una transición a la nueva normalidad, aunque con nuevos comportamientos por parte de las personas y las empresas (como la autoprotección y la separación física), con el fin de que se pueda combinar la reducción del contagio y, por tanto, la máxima seguridad sanitaria y en materia de prevención de riesgos laborales.
Es la que se que se inicia hoy en casi todo el territorio nacional, salvo algunas islas donde la situación de la epidemia es muy leve. Allí comienzan directamente en la fase 1.
La fase 0 establece medidas de alivio comunes para todo el país una vez doblegada la curva de contagios, permitiendo la movilidad fuera del domicilio, fundamentalmente en el ámbito privado, y medidas con un riesgo asociado de contagio muy bajo o nulo, siempre que se cumplan las indicaciones de seguridad, en base a la responsabilidad y autoprotección de los ciudadanos (actividad deportiva individual sin contacto y paseos, atención de huertos familiares, algunas actividades económicas con control de aforo, etc.).
Durante esta fase se podrán adoptar medidas que afecten exclusivamente a determinados territorios. En particular, islas sin movilidad exterior y con tasas de contagio prácticamente nulas.
El uso de mascarilla será obligatorio para todos los usuarios del transporte que necesiten movilidad para ir a sus puestos de trabajo o desplazamientos autorizados.
- Restaurantes y cafeterías: para recoger pedidos y no consumo en local, siempre bajo pedido por telefóno o Internet.
- Comercios y locales de servicio dentro de estos sectores: librerías, ferreterías, peluquerías, talleres y tiendas de arreglos de ropa, zapateros: todos con cita previa y antención de un único cliente por cada trabajador.
- Archivos públicos
- Se permite en entrenamiento de deportistas profesionales pero siempre de forma individual.