Con Esperanza Aguirre como Presidenta de la Comunidad se proyectó la llamada R-1. De hecho, muchos terrenos cercanos a Madrid fueron expropiados para dar a luz a este proyecto. Sin embargo, el tiempo pasa y todo continúa como hace años, en un proyecto sin empezar.
Ahora, la recientemente nombrada Presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, con el apoyo de Ciudadanos, ha vuelto a insistir sobre este tema: “Los atascos son terroríficos, la A-I es una ratonera de entrada y salida de la capital a cualquier hora del día”.
Estas manifestaciones de la Presidenta de nuestra Comunidad ofrecen un soplo de aire fresco para los sufridores diarios que utilizan esta importante vía de acceso y salida de Madrid. Ahora, queda conocer como se sitúa el proyecto dentro de los ochenta acuerdos clave que han firmado los dos partidos, es decir, Partido Popular y Ciudadanos.
Desde hace varios años se ha hablado –hablar por hablar- de disponer de un carril bus. De hecho, se habló con la Ministra de Fomento para crear un tramo paralelo de casi 24 kilómetros bajo una inversión de 120 millones de euros y dos años o más para su ejecución. Está en la mesa.
La otra alternativa para resolver este importante problema es la decisión que pueda tomar el Ministerio de Fomento, en el que se encuadra la competencia de llevar a buen puerto el proyecto. Un acuerdo de esta magnitud entre la Comunidad y Fomento es viable en la actualidad. A partir de las próximas Elecciones Generales, visto lo visto, podría ser inviable.
El tramo de la R-1 que despejaría los constantes cuellos de botella de la A-1 fue iniciado por Esperanza Aguirre en noviembre de 2011. Con principio y fin en la M-50 y la A-1 (El Molar), la obra contaría con dos carriles por sentido de dirección y discurriría. entre la M-40, a través de la M-12 (la vía de pago que conecta con el aeropuerto de Adolfo Suárez-Barajas). Además, también enlazaría con la M-100 y llegaría hasta El Molar, a 40 kilómetros de Madrid.
Todo esta sobre el papel, aunque ya se han hecho estudios medio ambientales y las consiguientes expropiaciones de terrenos como por ejemnplo, las correspondientes al Club de Golf de La Moraleja en sus nuevos campos III y IV
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