Las palabras se las lleva el viento…

Vengo todo esto a decir porque no me olvidare de la frase que me decía “EL JEFE” sobre los políticos: “No te fíes de ninguno, que sus palabras se las lleva el viento y si te he visto no me acuerdo”, que gran razón tenías Papa.

En enero recibí la llamada por parte del Ayuntamiento de Alcobendas que a mi querido padre le iban hacer un reconocimiento desde la ciudad, por ser una persona reconocida por su labor profesional. Que no ha sido otra que informar a los vecinos del municipio durante más de 20 años. Para bien o para mal, según el gobierno que mandaba en la ciudad, eso sí, pero sin pelos en la lengua. Gustara o no gustara, pero siempre al pie del cañón y con la última noticia. Pues ya han pasado casi tres meses desde que me propusieron hacer dicho reconocimiento y como me dijo mi padre… “Las palabras se las lleva el viento”.

Cambiando de tercio, no me quiero olvidar de nuestra web que informamos a los vecinos de toda la actualidad diaria del municipio. Una web con más de 50.000 usuarios únicos según datos Google analytics, uno datos que no están nada mal, teniendo en cuenta que Alcobendas y Sanse cuenta con más de 200.000 habitantes entre ambos municipios.

No quiero olvidar de lo que está ocurriendo en nuestro país, y nuestro entorno. En este último caso, de la matanza espeluznante de civiles en Ucrania, donde se pone de manifiesto la necesidad desesperada de un alto el fuego. Aunque todos sabemos que el final de esta guerra bárbara puede estar aún muy lejos. Y es que el sátrapa de Putin no puede dar su brazo a torcer ante los suyos, aunque hay muchas razones por las que "el mal nacido comunista" podría estar dispuesto a buscar la paz. Eso sí, buscando una salida "digna".

Lo cierto es que la guerra ha sido un desastre estratégico y económico para Rusia. En solo unas pocas semanas, múltiples sanciones y castigos vertiginosamente amplios han convertido a Rusia en un paria diplomático, financiero y cultural, mientras que sus fuerzas siguen "estancas" cerca de Kiev, por lo que las expectativas de una guerra relámpago en la capital ya son un recuerdo lejano. Eso sí, sigue con su ofensiva cobarde de lanzar misiles, muchos de ellos prohibidos como los hipersónicos, sobre zonas residenciales, colegios u hospitales.

Y qué de decir de la huelga de los transportistas "de ultraderecha", denominación que ha acuñado el Gobierno para todo lo que va en contra de sus "caprichos". Si fuera así, el señor Tezanos y su cortijo, el CIS, nos está engañando otra vez, dado que la ultraderecha tendría que ser la primera fuerte política en España en intención de voto, no el PSOE.