A la plaza del Ayuntamiento se desplazaron cerca de un millar de corredores para recorrer una de las dos distancias dispuestas por la organización.
Los problemas surgieron cuando se procedió a inspeccionar el recorrido antes de dar la salida, ya que ante la sorpresa de los “ojeadores” de la carrera, alguien se había llevado las vallas de seguridad y los precintos colocados en la noche anterior por la policía local del municipio.
Ante esta situación, la seguridad de los corredores en las localizaciones donde habían “desaparecido” las vallas y los precintos no se podía certificar por confluir con salidas de garaje de comunidades.
El intento de boicot hizo que cundiera el nerviosismo en la organización y por supuesto, en los políticos presentes en la salida de la San Selvestre.
Los corredores se dieron cuenta de la situación cuando se anunció el retraso de la salida de la carrera y su protesta provocó que se escucharan silbidos y canticos contra el alcalde de la ciudad, el Socialista Narciso Romero.
Al final, con retraso, voluntarios, miembros de la organización y efectivos de la policía local de la ciudad volvieron a colocar las vallas y precintos de seguridad que pudieron para que se disputara la carrera.
Clave también fue la colaboración de varios ciclistas del Club Ciclista de San Sebastián de los Reyes, que fueron los encargados de abrir la posterior carrera de atletas.