Esta propuesta la presentó el concejal de Urbanismo en la última Junta de Distrito celebrada antes de la navidad y una vez escuchado el plan, los representantes de la Entidad de Conservación de La Moraleja manifestaron su rechazo al proyecto. Este rechazo se basa en primer lugar, por la falta de información facilitada por el consistorio, quién según la Entidad presentó esta posible recalificación sin consultar con nadie y en segundo lugar por la falta de accesos.
Ante este rechazo manifestado por La Entidad, el Alcalde de Alcobendas, Ignacio García de Vinuesa, se comprometió a no licitar permiso de ningún tipo sin antes solucionar los accesos pues autorizar casi 1.000 viviendas supondría doblar la población de la urbanización (en la actualidad son poco más de 4.000 personas) con todas las consecuencias de flujo de tráfico que este repunte de densidad demográfica acarrearía.
Lo que ocurre es que si no se hacen las viviendas se tendrá que permitir hacer oficinas y lofts como dicta el uso del suelo aprobado en el plan de desarrollo urbanístico al que dio luz verde el anterior gobierno socialista en 2005 y que no ha arrancado hasta la fecha por diversos factores. Este plan se aprobó en un suelo de 120.000 metros cuadrados de uso terciario (40% autorizado para construir lofts)
Por este plan las arcas municipales ingresaron más de 30 millones de euros y en este sentido, es óbice informar que el Ayuntamiento deberá garantizar los derechos de los propietarios y actuar acorde a lo que la ley ampara. Solucionar los accesos es primordial para los dos proyectos.
Desde La Entidad de Conservación consideran que lo mejor es continuar con el plan existente, pues tendría menos impacto para la urbanización la construcción de oficinas y lofts pues si, según dicen, se consigue un acceso alternativo, los trabajadores entrarían por ese acceso y saldrían por el mismo sin acceder a la urbanización.
Por otro lado, existe la opinión del equipo de Gobierno por la que con la construcción de las viviendas se limitaría más el impacto pues serían muchas menos viviendas que oficinas y se garantizaría que la urbanización siguiera siendo eminentemente residencial. El debate está servido y lo cierto es que habrá que estar expectantes a ver que es lo que acaba aprobando el Ayuntamiento pues el plan tiene que ser aprobado por el pleno municipal.