Las actuaciones policiales en la red siguen dando frutos, muchos frutos. Y en la mayoría de los casos, desagradables frutos. Así, la Brigada de Investigaciones Tecnológicas de la Policía Nacional ha detenido a un hombre de 50 años que se hacía pasar por un joven de 17 y que abusó sexualmente durante tres años con una niña de 12 años. De nuevo, las falsas identidades por la red le sirvieron al abusador para seleccionar una víctima. Contactó con ella por un chat de internet y, con engaños llegó a ella y la convenció para tener un primer encuentro privado. Y a partir de ese momento, tres años de abusos sexuales bajo coacciones y amenazas, hasta de muerte.
Según informa la Policía en una nota oficial, cuando la víctima trató de zafarse del acoso, el detenido inició una campaña de amenazas y acoso en la que, de nuevo, se sirvió de la red y utilizó hasta seis personalidades virtuales distintas para mandarle mensajes y convencerla para mantener esa relación de abuso. Las amenazas llegaron a ser de muerte. Los encuentros eran grabados por el abusador, que quedaba en hoteles con su víctima y dejaba a oscuras la habitación para tratar de evitar que supiera que no tenía los 17 años prometidos sino que era una persona de 50. Las grabaciones de los encuentros no se quedaban en su archivo personal. El detenido difundía los vídeos entre sus contactos. Las actuaciones de este delicuengte se iniciaron en 2009 y finalizaron en 2011. El ahora detenido llegó incluso a mandar e-mails a los contactos de la chica, su familia y amigos, con vídeos de sus encuentros sexuales que habían sido grabados por él mismo. La menor sufrió en ese periodo un gran daño psicológico que repercutió también su salud y que la obligó a abandonar su colegio. Los ciberagentes han investigado cientos de correos recibidos por la menor y se han analizado detalladamente las imágenes difundidas por él y que iban acompañadas de insultos a la niña. El adulto intentaba siempre ocultar su rostro pero el estudio de unos tatuajes y otras características físicas, junto con los rastros informáticos dejados, permitió identificar al autor, según informa la Policía.