El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha vuelto a sacarse una tasa del bolsillo, más bien del de todos los madrileños, para poder pagar un servicio público que antes (y en este caso este "antes" no es 10 ni 12 años, sino hace sólo unos meses), ya ofrecía el Consistorio. La última norma en trámite, según publica el diario Expansión, es que los madrileños paguen una tasa por el servicio de bomberos, lo utilicen o no, es decir, simplemente por tener la disponibilidad. El Consistorio alega el coste de esta tasa, que entrará en vigor el 1 de enero, se le cobrará, en la mayoría de los casos, a las aseguradoras, siempre que los madrileños tengan contratado un seguro antiincendios.
Pero ya no explica nada el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón de que, en esta situación de crisis, las aseguradoras puedan revertir esta nueva tasa en la cuenta de sus clientes. Eso es una cuestión entre privados, deberá de pensar el equipo del alcalde. Para hacer más democrático este pago, el Consistorio asegura que estará en función del valor catastral de las viviendas, es decir, del recibo del IBI, que también se ha visto incrementado estos años. Según los cálculos del diario económico, las aseguradoras van a tener que pagar 90 millones de euros con esta tasa, cuando el presupuesto de los bomberos de Madrid es de 95,14 millones. Es decir, los madrileños pagarán casi íntegramente un servicio que hasta ahora venía asumiendo el Consistorio sin que se mejoren las prestaciones ni se bajen sus impuestos, muy al contrario. Hasta ahora, el Ayuntamiento cobraba a las aseguradoras una cantidad por el servicio de los bomberos pero sólo si eran utilizados. Si no, no se pagaba nada. Sin embargo, esta tasa obligará a los madrileños, vía su seguro antiincendios, a pagar sí o sí por la disponibilidad de los uniformados.