Los hechos ocurrieron a finales del mes de agosto. El susodicho vecino volvía a su casa de un periplo de vacaciones realizado en África. Antes de volver, debido a un retraso en el avión, llamó a su casa, ubicada en la calle Margarita, y fue la madre del residente la que le informó de que habían robado en su vivienda. Lo que el vecino no se esperaba era lo que le iba a suceder. Pues bien, para la sorpresa del vecino, una vez recogido por un amigo en el aeropuerto, nada más llegar a su vivienda vio una furgoneta aparcada en la puerta de su casa.
Las alarmas saltaron cuando vio que no había conductor, y al preguntar al copiloto que qué hacía ahí, se fijó en que dentro del vehículo había todo tipo de camisetas sacadas de su armario. Fue en ese momento cuando levantó la liebre, empezó a gritar, forcejeó con los ladrones y consiguió arrebatarle las llaves del vehículo. Los ladrones se dieron a la fuga. Pero aún quedaban sorpresas por llegar. Con toda la adrenalina en el cuerpo, el vecino abrió la puerta del garaje de su casa y se encontró a otros dos ladrones de color que se disponían a salir de la vivienda con abrigos de visón y varias maletas llenas de cosas. Después de otro arriesgado forcejeo, los ladrones volvieron a huir, pero la Policía consiguió capturarlos. Y eso que, según la Policía, no roban en el distrito.