MODA

"Me preguntan si tengo dinero para comer"

Testimonio. Crisis farmacéutica

Miércoles 04 de junio de 2014
Julia Martínez es el retrato de otros muchos boticarios de pueblos pequeños. Su deuda asciende a 22.000 euros y podría aumentar a 30.000 en el próximo mes de septiembre.

Julia Martínez tiene 37 años y vive en Villanueva de Alcorón un pueblo de 200 habitantes a una hora y media de Guadalajara. Lleva allí desde que hace siete años decidió abrir una farmacia en la localidad. Por aquel entonces no imaginaba que podía vivir una situación similar a la que está pasando ahora. "Tengo una deuda aproximada de 22.000 euros que a finales de agosto, si todo sigue igual, será superior a los 30.000. Yo no puedo seguir así".

A ella le tocó este jueves estar de guardia, dentro de los servicios mínimos que los farmacéuticos habían organizado para la provincia, así que no salió de la farmacia. Pero no es algo extraño para ella, así vive seis meses al año. "Yo hago seis meses de guardia al año y el día que estoy de guardia, lo estoy las 24 horas. Sin embargo, mi sueldo es más bajo que el de un adjunto de farmacia, no tengo más fuentes de ingresos que la venta de fármacos con receta. Habitualmente me mantengo gracias al verano, aquí la población aumenta mucho en estos meses y con esos ingresos paso el invierno".

Además de atender desde hace siete años a los vecinos de Villanueva de Alcorón, Julia acude dos o tres días a la semana a otros dos pueblos, uno a 30 kilómetros y el otro a 10. "Suministro los fármacos que necesitan. Voy con mi coche y mi gasolina". Ella es el retrato de otros muchos boticarios de pueblos pequeños, que conocen los nombres de sus pacientes que les consultan con frecuencia sus dudas médicas porque, en muchas ocasiones, en su pueblo no hay un médico las 24 horas, pero sí un farmacéutico. Julia es representante de los farmacéuticos de zonas rurales con menos de 500 habitantes y desde los tres últimos meses le ha tocado escuchar las quejas de sus colegas. "Algunos me dicen que tienen que cerrar ya, otros que van a vender sus casas. He escrito al Ministerio de Sanidad, a la delegación de Guadalajara, a la Consejería... Esto no se puede mantener".


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