El sábado, David Ferrer dijo: "Rafa Nadal no es una máquina y puede perder". Pero el mallorquín sí fue ayer una máquina implacable que no perdonó el más mínimo error a su rival para batirle por 6-2 en el primer set en sólo 39 minutos. El alicantino sí le plantó cara en el segundo, en el que llegó a ir ganando 4-2, pero volvió a perder: 6-4. Y sexto título en el Godó para el número uno del mundo, que mantiene su hegemonía en tierra batida.
Realmente Ferrer fue un digno rival, pero la de ayer fue su tercera derrota en una final en el Godó frente a Nadal después de las de 2008 y 2009. En 11 enfrentamientos en tierra sólo le ha ganado uno.