Tras un año de rescates a un ritmo de uno cada cuatro meses, los ministros de Economía de la zona euro insisten en que la escena no se volverá a repetir y menos con España, el país más grande y peligroso si entrara en crisis. La vicepresidenta Elena Salgado aseguró que "por supuesto" Portugal será el último miembro de la moneda única en recibir ayuda y que los inversores ya no miran a España con desconfianza. "Nos hemos separado completamente de esa posibilidad gracias al trabajo que hemos venido haciendo. Nunca dijimos que estuviéramos cerca de un rescate, siempre dijimos que la economía española es suficientemente fuerte y diversificada para que esa posibilidad no se presentara. Pero además de eso, en el último año hemos hecho grandes reformas estructurales que están dando frutos", dijo Salgado al llegar a un castillo a las afueras de Budapest donde se reúne con sus colegas para negociar el rescate portugués.
La vicepresidenta insistió en que la economía nacional es "más grande" y tiene un futuro "mucho mejor" que su vecino ibérico, un mensaje repetido por otros ministros y por el comisario de Economía, Olli Rehn. "Estoy convencido de que España no necesitará asistencia financiera externa", dijo el comisario, al ser interrogado sobre si el Estado español será el siguiente, la obsesión de los reporteros europeos hoy en Godollo (e incluso de sus taxistas). Rehn insistió en las "medidas muy valientes" que ha tomado el Gobierno Zapatero y recordó que el nivel de la deuda española sigue estando casi 20 puntos por debajo de la media europea.