El estado de las aceras de La Moraleja es lamentable. Su uso es prácticamente imposible para los vecinos de la urbanización. Resulta curioso lo poco o nada que se han preocupado en arreglar tremendo desaguisado las autoridades competentes.
En La Moraleja existen alrededor de tres decenas de calles, y si se hubiera arreglado una calle por año, hoy lo estarían todas. Ahora, que llegan la primavera y el verano, es cuando los vecinos se dan cuenta del tremendo lastre que sufre la urbanización. Después de las farolas debería de tocar cambio de aceras.