Un cambio que se generalizó en 1973 tras la crisis del petróleo, cuando el denominado horario de verano tomo forma de ganar horas de luz solar y ahorrar energía. Los primeros países de Europa que adoptaron este método fueron Italia y Malta y poco a poco fueron otros países los que se sumaron. En el año 2000 se hizo obligatorio el cambio de hora.
¿Pero realmente conlleva algún ahorro energético o tiene algún impacto económico? Aunque la Comisión Europea calcula que el ahorro energético está entre el 0,1% y el 0,2% del consumo eléctrico anual, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), por su parte, confirma que no cuenta con datos disponibles al respecto.
Lo cierto es que en función de cuál sea el cambio, te levantes y, si es de noche, aproveches la luz del sol al atardecer, pero al final esa luz que ahorras por la mañana lo gastas por la tarde o viceversa, por lo que no existe eficiencia energética si hacemos un cómputo del consumo en un día entero. En realidad estás desplazando un gasto o un ahorro. El único beneficio que aporta el cambio horario es aprovechar las horas de luz natural, que no artificial.
Y es que diversas investigaciones han señalado que el ahorro real es mínimo o incluso inexistente en la actualidad, debido a los nuevos hábitos de consumo y al uso de tecnologías más eficientes. Y que los efectos sobre la salud y el bienestar pueden ser negativos, lo que la mayoría de los ciudadanos claramente cree que el cambio de hora no les resulta beneficioso, ni para su economía ni de forma general. Otro estudio recogido por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) recoge además que un 67,1 por ciento de los españoles afirma que quiere "acabar con el cambio de hora", frente a un 22,2 por ciento que prefiere "seguir en marzo, sobre cuestiones de actualidad.
Ante estos cuestionamientos, en 2018, la Comisión Europea propuso eliminar el cambio de hora estacional en toda la Unión Europea, permitiendo que cada país decidiera en una consulta pública si mantener su horario actual o fijar uno definitivo sin ajustes bianuales. Y es que el 84% de los ciudadanos europeos que participaron en la consulta se declararon a favor de abolir el cambio de hora en la UE.
El Parlamento Europeo apoyó esta propuesta en 2019, sugiriendo que se implementara en 2021. Sin embargo, el Consejo de la UE, que representa a los gobiernos de los países miembros, aún no ha tomado una decisión final. Para que esta medida se aplique, tanto el Parlamento como el Consejo deben estar de acuerdo. Hasta ahora, esto no ha sucedido, por lo que el cambio de hora sigue vigente en la UE.
En España, el 93% de los ciudadanos consultados votó a favor de eliminar el cambio de hora estacional. Otros países, como Finlandia y Polonia, también respaldaron mayoritariamente la abolición, con un 95% de apoyo. Por el contrario, en Grecia y Chipre, una mayoría ajustada se inclinó por mantener el sistema actual de cambio horario.