Polonia es uno de los países más grandes de Europa. Su inmejorable situación ha convertido a este país en uno de los más disputados a lo largo de la historia. Declarada nación independiente en 1918, fue invadida en 1939 por Alemania y la Unión Soviética. Su capital, Varsovia, se encuentra situada en el centro del país y se encuentra bañada por el río Vístula. El viajero se sorprenderá y admirará la enorme capacidad de un pueblo que vio reducida a escombros casi el 90% de la ciudad durante la ocupación nazi, en una guerra en la que perdieron la vida más de 70.000 personas. Cuenta la leyenda que fue una sirena, emblema de la ciudad, la que, con una espada en la mano, fundó la capital. Su centro histórico fue reconstruido meticulosamente después de la contienda, y en 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como «ejemplo destacado de reconstrucción casi total de una secuencia histórica que se extiende desde el siglo XVIII hasta el siglo XX». En la actualidad constituye uno de los centros económico-financieros y culturales de Europa Central.
El corazón de la ciudad recibe el nombre de Ciudad Vieja y constituye uno de los puntos obligados de visita. Es el fiel reflejo de la cultura que en temporada alta acoge las más prestigiosas representaciones tanto en música como en teatro. La capital de Polonia ama la música, tanto es así que se le compara con Londres. En ambas ciudades se representan a diario conciertos u obras teatrales de Shakespeare. Sin tiempo para el aburrimiento, hay opciones para todos los gustos.
Cómo llegar
Los precios de las compañías aéreas varían considerablemente. Existen vuelos desde 107 euros ofrecidos por la empresa Rumbo hasta los 237 euros de Iberia o 630 euros de Spanair. También varían en función de las fechas de ida y de vuelta. Lo mejor es mirar e informarse con tiempo sobre posibles ofertas.