De cada 100 euros de impuestos, algunas comunidades autónomas, especialmente las gobernadas por el Partido Socialista, recaudan 34; mientras, los ayuntamientos sólo consiguen seis; las autonómicas del Partido Popular, en la mayoría de los casos, están por debajo de esta cota.
Si nos centramos en los municipios que tenemos más cercanos, como es el de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, sus apuros económicos están principalmente basados en el sector de la construcción. Hace unos días, el alcalde de Sanse, nos confesaba que la caída de los ingresos por licencias de nuevas viviendas había sido muy importante. Una fuente que durante años nutría las arcas municipales. No se renuevan infraestructuras, no hay recalificaciones urbanísticas, bajan las plusvalías, amén de otros impuestos vinculados con este importante sector de la economía local.
Este problema también afecta al Ayuntamiento de Alcobendas. No de la misma forma que a su vecino de Sanse, pero requiere, también, tomar medidas urgentes. Nuestro municipio, a pesar de que un buen porcentaje del presupuesto está asegurado por la rentabilidad patrimonial, los 206 millones de euros que suponen los gastos generales, dada la situación actual, no se cubre en su totalidad con los ingresos.
Esto puede suponer que la Administración local deba tomar medidas para reducir el problema. Cortar gastos o incrementar la recaudación. Sin embargo, cuando se tiene o, mejor dicho, se tenía dinero en abundancia, el derroche es fácil y las promesas políticas, también. Nuestra pregunta es la siguiente: ¿Pueden los nuevos dirigentes del Partido Popular cumplir sus promesas en una situación de crisis; es decir, bajar los impuestos y ofrecer más servicios?
De momento lo que han hecho -lo hicieron el pasado año- es reducir el presupuesto de 233 a 206 millones. De hecho, terminó el año con un superávit de 15 millones de euros (la primera vez que sucede en 24 años) que están utilizando en este ejercicio como colchón económico. Por otra parte, todo el patrimonio de edificios y oficinas está alquilado casi en su totalidad. Por lo tanto, a corto plazo, van a poder cumplir.
De todas formas, la nueva legislatura que preside Zapatero tendrá que buscar una solución consensuada a este grave problema que sufre la gran mayoría de los municipios españoles. Hay dos formas para hacerlo: más dinero para los municipios o que, éstos, tengan potestad para recaudar y aglutinar algunos de ellos. La situación es complicada. No se trata de una deseleración, como trata de apostillar el Gobierno socialista, sino de una realidad que esta en la calle. Basta con salir a comprar lo más imprescindible o llenar el deposito de combustible de nuestro vehículo. En esto si que se aprecia la “deceleración”.