Lo digo porque leo con indignación en las redes sociales que a los vecinos de la calle Silvio Abad, que llevan ya demasiados días viviendo fuera de sus casas por culpa del incendio que han sufrido, les han atendido a la perfección. ¿Perdón? ¿Y por eso hay gente viviendo en casas de amigos y familiares hacinados cómo pueden? ¿Y por eso hay gente que no sabe qué va a pasar con su vida porque nadie les dice cuánto tiempo van a estar fuera de casa? ¿Y por eso hay gente pagándose de su bolsillo gastos que no se pueden permitir? No, señores, no nos tomen el pelo. Mientras ustedes se hacen fotos en Silvio Abad y las suben a las redes sociales, hay jóvenes, niños, y personas muy mayores que lo están pasando muy, muy, muy mal. Fatal.
A mí, como a cualquier vecino, me indigna esto. Gastar dinero sabe hacerlo cualquiera. En todos los pueblos de España hacen conciertos y tienen polideportivos con piscina. No saquen pecho de eso. Lo que tiene que hacer cualquier gobernante es gestionar los problemas de la gente. Su día a día. Subirse la foto en Instagram cuando se inaugura una colchoneta lo saber hacer hasta mi abuela de 90 años. Pero a ustedes lo que se les pide es que cuando a alguien se le quema su casa, le den amparo y cobijo. Que cuando al tendero que le ha subido la factura de la luz el doble, le ayuden de alguna forma. Que cuando alguien se quede en el paro y pida ayuda desesperadamente, no le digan “vuelva usted mañana”. Tienen a media ciudad desesperada y a la otra media incrédula.
Nuevo curso, mismas costumbres. Como digo. Regresamos de vacaciones y en Sanse sigue todo igual. Por desgracia. La diferencia es que tras más de 2 años de mandato, la gente está ya muy cansada de ver cómo San Sebastián de los Reyes se deshumaniza y cómo la ciudad que queremos se ha convertido en un lugar donde cada vez es más difícil vivir. Mientras los vecinos nos enfrentamos cada día a numerosos problemas que solventar, cada vez que pedimos ayuda al equipo de Gobierno nos dicen que las cosas no son así, que ya están trabajando en eso, o que la culpa no es de ellos. ¡Y ya está bien! ¡Sanse no aguanta más!