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The Beatles: hace 50 años que se separaron

The Beatles: hace 50 años que se separaron

miércoles 13 de mayo de 2020, 11:09h
Un conflicto que se desató en marzo y puso el punto final del grupo musical más icónico en abril. Un final calificado por los periódicos ingleses como mezquino.

No se celebró una rueda de prensa para anunciarlo. Solo mensajes entrelíneas, una manipulación periodística y el ventilador de los odios esparciendo munición. Un episodio enmarañado que echó un cierre amargo a diez años que hicieron felices al mundo. El problema empezó con Paul McCartney se proponía editar su primer disco en solitario, McCartney, en abril, con el sello del cuarteto, Apple Records. El escollo: Let It Be estaba programado para salir a la calle en mayo, también con Apple Records. Alguien reparó, no sin razón, que aquella competencia era absurda. Solución: que Paul posponga su álbum.


“Ellos oficialmente nunca se disolvieron. No hubo ningún comunicado. Es por eso que mucha gente durante los setenta estaba esperando a que volviesen a grabar”, contaba este mes Philip Norman, una de las personas que más sabe de los de Liverpool, con media docena de libros publicados: Shout!: The True Story of the Beatles, Days in the life: John Lennon Remembered y Paul McCartney: La biografía. La relación entre los cuatro era demasiado tóxica en aquellos tiempos. La elaboración de Abbey Road (último grabado por la banda. Aunque Let It Be se publicó después, se registró con anterioridad) puso al límite la capacidad psicológica de los cuatro.


Todos se desahogaron en las canciones. Harrison aprovechó la guerra entre Lennon y McCartney para colocar en Abbey Road dos de sus mejores obras, Something y Here Comes the Sun, Ringo Starr coló Octopus’s Garden y Paul McCartney dedicaba You Never Gime Me Your Money (Nunca me das tu dinero) a su bestia negra, Allen Klein. Allen Klein, un tipo turbio que saneaba empresas cortando las cabezas necesarias, y que Paul tuvo que tragar con él, ya que el resto del grupo le prefirió al propuesto por McCartney: su suegro, el abogado Lee Eastman, padre de su pareja, Linda.


La mañana del 10 de abril una tirada espectacular de ejemplares inundaba los kioscos con un titular a página entera: “Paul McCartney abandona los Beatles”. Pero la separación comenzó ya antes. John Lennon fue el que el 20 de septiembre de 1969, en una reunión en las oficinas de Apple, había expresado su deseo de dejar los Beatles. Pero decidieron que no se hiciera público, ya que había proyectos en marcha, como Let It Be. “John fue el que antes se cansó de ser un beatle. Y buscó una salida. Pero no encontró el camino hasta que conoció a Yoko Ono. Ella fue la persona que le dijo: ‘No tienes que estar en la banda si no te apetece’. Eso ocurrió en 1967. Así que fue una despedida muy lenta”, cuenta Philip Norman. Lennon era ya el tercer beatle que había amagado con marcharse. El primero fue Ringo Starr (que de hecho se marchó), luego Harrison y en el ocaso del grupo, Lennon. Paul no había abierto la boca. “Al final de su carrera, los Beatles se sentían como en una prisión. Decidieron no hacer conciertos en directo porque no se escuchaban los instrumentos, apagados por los gritos de la gente. Se apartaron del foco público ya que no soportaban la presión. Y crearon su propio mundo. Siempre estaban los cuatro juntos.

Cuando se llevaban bien no había problema, pero cuando arreciaron las tensiones era una tragedia. El que intentó mantener al grupo con vida siempre fue Paul. Él era consciente de que si no tiraba del carro era el final”, cuenta Norman. “Había algo de mezquino en la relación entre Paul y John. Pero esa competitividad era parte de lo que les hizo ser tan brillantes juntos: retándose para conseguir logros artísticos mayores. El amor les mantuvo unidos mucho tiempo, pero la presión de la fama llegó a un punto que les hizo comportarse de manera lamentable, sobre todo al final”, dice desde Nueva York el escritor Peter Ames Carlin autor de Paul McCartney. La biografía (2010).

Después de diversas peleas entre John y Paul en los medios de comunicación, Paul dio el paso definitivo y el más sonado: puso una demanda contra los Beatles. En realidad su objetivo era, en esta ocasión, Klein, ya que nunca pudo asumir que se llevará el 20% de las ganancias. “Paul llegó a decir que Klein había intentado congraciarse con él poniendo a parir a John, y sobre todo a Yoko, cuando la pareja no estaba delante”, dice Ames Carlin. Años más tarde la justicia dio la razón a McCartney y los Beatles (los cuatro, no solo Paul) recuperaron el porcentaje de Klein.


“Es triste que una banda tan alegre tuviese un final tan doloroso. Proyectaron tanta luz en el mundo que se pasa por alto la oscuridad que les rodeaba al final. La ola de amor que dieron tuvo una resaca: las presiones de la fama y el lado oscuro de la adoración que sentían por ellos sus admiradores”, reflexiona Ames Carlin. El año 1970 vio seis discos de miembros de los Beatles: los mencionados Let I Be y McCartney, dos en solitario de Ringo Starr (Sentimental Journey y Beaucoups of Blues), uno de John Lennon (John Lennon/Plastic Ono Band) y uno (triple) de George Harrison (All Things Must Pass). En ellos hay material suficientemente bueno como para
tumbar la discografía entera de bandas ahora muy consideradas.

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