Se trata de un plan gigantesco provocada por el BCE en la semana anterior, que decepcionó a los mercados con una movilización de 120.000 millones.
Con este nuevo programa de compras, acordado tras una reunión del Consejo de Gobierno, el BCE pretende "contrarrestar los graves riesgos para el mecanismo de transmisión de su política monetaria y para las perspectivas para la zona del euro planteadas por el brote y la propagación creciente del coronavirus, Covid-19".
"El Consejo de Gobierno hará todo lo necesario dentro de su mandato", señala. La institución que preside Christine Lagarde, puntualiza que "no tolerará ningún riesgo en la transmisión de la política monetaria en todas las jurisdicciones de la Eurozona". Fuentes gubernamentales españolas mostraron alivio anoche a este diario ante la decisión, que superó expectativas y que incluye la compra de deuda soberana de España si es necesario.
El nuevo Programa de compra de emergencia pandémica (PEPP) tendrá la mencionada dotación total de 750.000 millones y las compras se efectuarán hasta finales de 2020, incluyendo todas las categorías de activos elegibles bajo el programa de compra de activos (APP) existente. Para las compras de deuda pública, la referencia en todas las jurisdicciones continuará siendo la clave de capital de los bancos centrales nacionales.
Es decir, se comprarán más activos de las principales economías del euro que de las más pequeñas. No obstante, las compras bajo el nuevo PEPP se realizarán de manera flexible. Eso permite cambios en la distribución de los flujos de compra a lo largo del tiempo, entre las clases de activos y entre las jurisdicciones, que son países o incluso comunidades o regiones. Entre esta decisión y las acumuladas, el BCE cuenta con un bazuca de compras este año de 1,3 billones. El balance de esta cada vez más grande institución europea ronda los 5 billones.
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