¿Habrá realmente un cambio?

En un año 2015 que ha estado cargado de compromisos electorales (andaluzas, catalanas municipales y autonómicas), nos encontramos con el colofón final de unas Elecciones Generales con un alto grado de incertidumbre como regalo de Navidad. Es probable que la votación del próximo día 20 de diciembre sea unas de las más determinantes de la historia de nuestra democracia. Es verdad que en muchas elecciones anteriores se dijo lo mismo sobre aquellas, pero quizá en estas se dan muchos más motivos para pensar de esta manera.

Es la primera vez que realmente concurren a las elecciones varios partidos con una probabilidad más o menos cierta de poder colocar a su candidato en el Palacio de la Moncloa, o por lo menos ganar una cuota de poder y de influencia en el nuevo Gobierno que será significativa. Muy lejos estaremos ya de las mayorías absolutas que tanto han desperdiciado los gobiernos que las conquistaron. Adicionalmente, pese a los matices que se puedan poner, el país está saliendo realmente de la UVI en la que nos metió, es cierto, una crisis galopante, pero también un gobierno que no supo ni quiso reaccionar como cabría esperar. Nos encontramos también con que de un tiempo a esta parte, se percibe en el ambiente político, especialmente entre la gente joven, un hastío y una desconexión preocupante por los partidos “tradicionales” (PP y PSOE), que es inversamente proporcional al atracción que suscitan otros (Ciudadanos y Podemos). Partidos sobre los que todo apunta a que conseguirán un botín de votos que en el peor de los casos darán la llave de gobernabilidad de nuestro país.

Las últimas encuestas apuntalan el ascenso de Ciudadanos incluso como segunda fuerza política por delante del Partido Socialista, el Partido Popular se mantiene como fuerza más votada, mientras que Podemos parecer que ha llegado a su techo en intención de voto y todo apunta a que se queda algo rezagada respecto al crecimiento que experimentó en el último año y medio en las encuestas. El anuncio de que el bipartidismo a muerto quizá sea excesivo, pero no cabe duda que los nuevos actores del arco parlamentario español tendrán mucho que decir a partir del próximo 20 de diciembre. La clave en esta ocasión más que en ninguna otra, serán los pactos post electorales. Mientras que en otras ocasiones las cábalas respecto a las posibles alianzas no dejaban mucho margen para la especulación, en esta ocasión estamos ante pactos que serán inéditos y en función de lo que están diciendo los distintos candidatos a presidir el Gobierno de España, parece que realmente todo es posible. Y si no que le pregunten a Portugal que piensa al respecto.

Iñigo Gómez Pineda

Vicepresidente de la Fuundación VillaCisneros