Fuentes policiales han confirmado el hallazgo de los dos fallecidos en la residencia psiquiátrica Cottolengo del Padre Alegre, adelantado por el diario Vozpópuli, que detalla que los agentes acudieron porque las religiosas que la dirigen eran reacias a dejar entrar a Protección Civil.

El hallazgo tuvo lugar ayer viernes sobre las cuatro de la tarde y ahora se investiga lo ocurrido, según las fuentes.

Según el diario, nadie había certificado el fallecimiento de los dos trabajadores, que según los primeros indicios murieron ayer viernes y el jueves, en un centro en el que hay 68 personas internas de las que once fueron aislados por síntomas claros de coronavirus.

Las religiosas, de avanzada edad, explicaron a la Policía que estaban desbordadas por la falta de voluntarios debida a la pandemia, y el Cuerpo tramitó que recibieran material de protección.

La Policía cree que la muerte es por causa natural

La Policía Nacional trabaja con la hipótesis de que la muerte de dos cuidadores en un residencia psiquiátrica de San Sebastián de los Reyes (Madrid) es debida a causas naturales, e investiga por qué no se comunicaron los fallecimientos al momento.

Fuentes policiales han explicado a Efe que una de las personas fallecidas murió el jueves y la otra el viernes, y que cuando fueron descubiertos el viernes por la tarde nadie había ido a certificar las defunciones.

Los agentes, que acudieron alertados por Protección Civil porque en la residencia había casos de coronavirus y las monjas que la gestionan no les dejaban pasar inicialmente, comprobaron la precaria situación del centro, con solo dos monjas atendiendo todo, una de ellas con fiebre, relatan la fuentes.

Por eso se les entregaron de forma urgente 900 mascarillas que habían sido intervenidas en días anteriores. Se trata de la residencia psiquiátrica Cottolengo del Padre Alegre, según ha adelantado este sábado el diario Vozpópuli.

Según el diario en el centro hay 68 personas internas de las que once fueron aislados por síntomas claros de coronavirus. Las religiosas, de avanzada edad, explicaron a la Policía que estaban desbordadas por la falta de voluntarios debida a la pandemia.