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Se nos ha ido “el Jefe”. Hasta luego Tomás

Se nos ha ido “el Jefe”. Hasta luego Tomás

sábado 21 de marzo de 2020, 12:54h
Todavía no podemos creerlo. Todo ha sido muy rápido. La maldita, aunque necesaria, cuarentena nos ha tenido alejados a toda la redacción de “La Tribuna de La Moraleja” estos días. La primera noticia sobre Tomás Díaz-Valdés la tuvimos el lunes. Fue ingresado por sus hijos con los síntomas del coronavirus, Ese maldito virus tan desconocido y traicionero que ataca sin avisar y que, en este caso, ha sido letal con una rapidez que no dejado tiempo ni siquiera para pensarlo.

En el diario As, periódico en el que vivió sus mejores años como periodista especializado en motos, pero también en coches, Raul Romojaro, ha publicado un homenaje muy bonito a Tomás. Raúl prácticamente nació y se desarrolló como periodista en los brazos de Tomás. Y ahora es un elemento importante en el Grupo Prisa, pero no se ha olvidado nunca de quien también fue su “Jefe”. Por lo que queremos reproducir aquí este cariñoso artículo:


“El periodista deportivo Tomás Díaz-Valdés Heras (Madrid, 1941) ha fallecido la pasada madrugada a los 78 años en un hospital madrileño a causa de las complicaciones de salud provocadas por el contagio del coronavirus. Durante décadas, Díaz-Valdés fue responsable de la información de motor de este periódico. Las motos siempre fueron su pasión, lo que le llevó a competir como piloto aficionado en su juventud. A mediados de los años 60 se convirtió en una figura clave para la carrera deportiva de un entonces desconocido Ángel Nieto; el zamorano recaló, a su llegada al barrio de Vallecas, en el taller mecánico de Díaz-Valdés, que desde ese momento se volcó en ayudar al joven que años más tarde se convertiría en el pilotoespañol más laureado de la historia del Campeonato del Mundo de velocidad.


Fue precisamente siguiendo a Nieto como Díaz-Valdés abandonó sus inquietudestécnicas para adentrarse en periodismo deportivo. Comenzó a seguir por los circuitos a quien había sido su pupilo como enviado especial de AS en los grandes premios, llevando a través de las páginas de este periódico sus hazañas en una época en la que el seguimiento al motociclismo en los medios era casi inexistente.
Continuó cubriendo la información del Mundial de velocidad hasta los años 90, compaginando esa tarea con la coordinación de la sección de motor de AS, tanto en lafaceta de competición como en la relacionada con el producto. En este aspecto, Díaz- Valdés también fue un precursor al incorporar este tipo de contenidos a un medio deportivo. Además dentro del Grupo Semana, propietario entonces de AS antes de su adquisición por el Grupo Prisa en 1996, también lanzó al mercado dos revistas mensuales especializadas.

Tomás Díaz-Valdés fue siempre un periodista incisivo, valiente y entregado a la profesión que vivió con la pasión que siempre le caracterizó. Maestro y referencia para toda una generación de periodistas especializados, incluso una vez superada la edad de jubilación se mantenía plenamente activo con varios productos editoriales de carácter personal, además de contar con una presencia en redes sociales y un conocimiento de las nuevas tecnologías poco habituales en una persona de su edad. De hecho, hasta el ingreso hospitalario que ha tenido tan terribles consecuencias seguía desarrollando su actividad con total normalidad, siempre rebosante de ideas, ilusiones y proyectos que ahora se han visto truncados.


Desde ``Tribuna de la Moraleja´´ queremos transmitir nuestro más sentido pésame por esta pérdida irreparable a Concha, su esposa; a su tres hijos, Concha, Yolanda y Tomás, así como al resto de sus
familiares y amigos. Se ha ido un periodista de raza, una persona excepcional. Descanse en paz. Pero nosotros, los que en los últimos años hemos estado codo con codo a su lado,peleando muchas veces contra lo que eran nuestros “molinos” (léase la industria del automóvil y políticos locales de la zona de Alcobendas) tenemos muy frescos los recuerdos de su lucha para mantener día a día esa empresa que él creó y que mantuvo con un entusiasmo más propio de los jóvenes emprendedores como se les llama hoy.Y es que ha sido un emprendedor con todas las letras toda su vida, Tomás.

Como apunta Raúl Romojaro, en su libro que pretendía contarnoslo todo sobre Angel Nieto, se convirtió en su biografía, de unos años de su vida en los que era una de las personas más felices del mundo. Una mala experiencia editorial, prácticamente, hundió todo lo que había construido con un gran esfuerzo y una intuición propia de los excepcionales, pero que no le hizo tirar la toalla, si no todo lo contrario. Como dice Raúl, era un aventajado en las nuevas tecnologías desde que, lo que ahora se llama internet, comenzó a entrar en nuestras vidas.


Vivía en La Moraleja y hace ya más de quince años adivinó que la prensa local tenía un gran futuro, aunque las publicaciones en papel empezaban su desaparición. Y puso en marcha dos publicaciones de la zona que dominaba: “La Tribuna de La Moraleja” y “La Tribuna de Alcobendas y Sanse”. Pero no se olvidó del sector de la automoción y con la publicación “Motorpoint” englobó todo lo que había que conocer de los coches y de las motos, incluyendo la competición. Si, era en papel, algo que no se cansaba de repetir que había que mirar el futuro y este estaba en las redes. Y en ello, se empleaba con una
dedicación ejemplar con las web del mismo nombre que sus productos en papel. También, como gran comercial, se quejaba todos los días de lo esencial que era la publicidad para la supervivencia de los medios de comunicación y que no encontraba profesionales competentes, como los que había en sus tiempos. Y que las nuevas generaciones responsables de publicidad de las empresas estaban un poco perdidos en estos tiempos de cambio. Fue el caballo de batalla de sus últimos años.


A los que hemos estado con él últimamente nos queda su entusiasmo, sus comentarios irónicos que siempre eran bien recibidos y su enorme personalidad ante cualquier situación. Algunas veces se equivocaba, pero siempre estaba dispuesto a rectificar, algo que agradecíamos, pero si creía en algo iba a por ello con todas sus fuerzas. Ahora, para todos los que formamos su pequeña empresa, se nos plantea un reto enorme. Aunque nunca será olvidado ¿seremos capaces de seguir desarrollando sus productos en su ausencia? Su arrolladora personalidad pueden llegar a conocerla un
poco más todos los que se acerquen a leer su libro “Angel Nieto, Las curvas de la vida”.Los que escribimos sabemos lo difícil que es hacer un libro y publicarlo. Él lo consiguió por ese afán que tenía en conseguir lo que se proponía.

Tomás, estés donde estés, verás cómo te echanos de menos. Ayúdanos a todos a seguir con tu legado y mantenerlo en el nivel en el que lo dejaste.

Nunca te olvidaremos, porque ante todo, eras corazón.

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