Ignacio García de Vinuesa

Hace ya demasiado tiempo que la actividad política nacional no genera ni una sola buena noticia. Es difícil identificar una sola iniciativa del gobierno de Sánchez que pueda considerarse beneficiosa para la sociedad.

No hay día en el que no aparezca una nueva exigencia de pago del chantaje que los independentistas catalanes quieren cobrar por mantener a Sánchez como presidente. Siendo la ley de amnistía el botín más repugnante que han exigido, y que Sánchez se ha prestado a entregar demostrando su indigencia moral, ética y política, no es corta la lista de otras peticiones que deben cumplirse si el gobierno pretende continuar como tal.

La Democracia en España ha cumplido ya más de 45 años, y nunca como hasta ahora habíamos estado tan cerca de cruzar la frontera y colocarnos del lado donde se ubican países democráticamente muy débiles.

Confieso ser uno de tantos miles de españoles que esperaban las elecciones del 23J con indisimulada esperanza y confianza. Se nos presentaba la oportunidad de poner fin a una etapa de nuestra reciente historia en la que la política practicada por el gobierno de Sánchez había socavado pilares básicos de nuestra estructura social, que empezamos a construir con enorme esfuerzo y generosidad en la Transición del 78.

Son los años que cumple este querido periódico en la que tengo el privilegio de escribir unas lineas.

altan apenas seis meses para las elecciones municipales y autonómicas de Mayo 2023. Bien poco. Y aunque la mayoría de los partidos no han dado a conocer a sus candidatos, el Partido Popular de Alcobendas ha elegido a Rocío García Alcántara para que en Mayo de 2023 se convierta en la primera alcaldesa de esta Gran Ciudad.

Hemos visto muchas veces como la falta de los cuidados necesarios produce un gran deterioro en un edificio abandonado. Por muy sólida que sea su construcción es fácil interpretar los signos externos: manchas de humedad en fachada, ventanas descolgadas, cristales rotos, jardín colonizado por malas hierbas, camino de acceso bacheado, hasta que llega la inevitable rotura de la cubierta, que antecede a la ruina total.

Atravesamos una etapa en la que el pesimismo y la inquietud por nuestro futuro nos acongojan. Es difícil encontrar alguna noticia en la que podamos apoyarnos para conseguir dosis de esperanza. Y reflexionar sobre tantas desgracias como las que acumulamos desde al menos hace dos años, no sería más que es un ejercicio melancólico que en nada nos ayudará.

El Partido Popular ha superado una crisis que podría haber supuesto, si no su desaparición, si una herida tan profunda que hubiera requerido demasiado tiempo para su recuperación.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha publicado dos sentencias desestimando las demandas que la Entidad de Conservación de La Moraleja presentó contra el Ayuntamiento de Alcobendas por el cambio de oficinas a residencial en los terrenos de la Carrascosa, al final del Camino Ancho de la Moraleja.

La sentencia de la otra parte de La Carrascosa es favorable al Ayuntamiento, obligando a la Entidad de Conversación de la Moraleja a pagar las costas del juicio.

Queda resuelto de esta forma, a menos que se presente recurso de casación, un problema que lleva enfrentando al Partido Popular de Alcobendas y a la Entidad de Conservación de La Moraleja durante más de 7 años.

El Distrito Urbanizaciones de Alcobendas, La Moraleja, El Soto, El Encinar de los Reyes, El Arroyo de la Vega, Cuesta Blanca y El Parque Empresarial, ocupa una extensión de más del 50% del término municipal urbanizado de la Ciudad.

Esta serpenteante legislatura que acaba de cumplir dos años ha carecido desde sus inicios de programa. Asistimos estupefactos a la toma de decisiones, que en muchos casos afectan profundamente a la estructura social en la que se apoya nuestra convivencia, que no superan la categoría de ocurrencias, y que no tienen otra relación entre si que la de ser monedas de pago a los desaforados socios que sostienen a este arbitrario gobierno.