Más allá del resultado, el clásico de ayer será recordado por la tremenda igualdad que hubo en el terreno de juego y la buena imagen que dió el Real Madrid en su visita a Barcelona. Lo cierto es que sí el conjunto blanco hubiera afinado un poco la punteria en el primer tiempo, la goleada visitante podría haber sido de escándalo. Entre el palo de Cristiano, el gol mal anulado y la ocasión clara que falló Gareth Bale o las dos que tuvo Benzema, el Real Madrid daba la impresión de que iba a dar un golpe en la mesa mediante la consecución de una clara victoria en el feudo blaugrana. Pero...
Todas las crónicas ponen en solfa el partidazo que hizo Luka Modric en el Camp Nou. En solo 45 minutos, el croata volvió a demostrar que en su puesto es el mejor medio centro de Europa y un jugador insustituible en el Real Madrid. Su colección de pases al primer toque y con el exterior del píe silenciaron al ruidoso público del Camp Nou durante no menos de 70 minutos. Lo que ocurre es que en el fútbol gana el que más goles mete y no el que mejor juega. Sí fuera por este condicional, el Real madrid habría ganado por goleada pero perdió. Y cayó por dos errores de la defensa y ambos tuvieron como protagonista a Sergio Ramos. El primer gol culé llegó tras un saque de una falta botada por Messi al primer palo y que remató Mathieu solo y sin marcaje a puerta vacía. Lo reseñable es que al central francés del Barca no le cubrió su marcaje como es debido remató sin oposición ¿Dónde estaba Sergio Ramos? Pero el Real Madrid se sobrepuso a este varapalo y como equipo grande que es, salió de la penumbra, encendió el interruptor y jugó los mejores 25 minutos fuera de casa de toda la temporada. En este intervalo de tiempo, Benzema se sacó un mágico tacón de la manga para que Cr7 empatará el partido. A partir de aquí y hasta el descanso la única camiseta que se vio en el campo fue la blanca y, sí la justicia existiera en el deporte, se habría tenido que ir al descanso con un claro 1-3. Pero como bien dice el refranero: "El que mucho falla al final la paga" y más si enfrente tienes al Barca. A estos factores hay que sumar el despiste tremendo de Sergio Ramos ante un balón largo sin peligro que le regala a Luis Suárez para que este anotará el 2-1 a mediados del segundo tiempo. Iker Casillas pudo hacer más. Puede ser. Pero también es evidente que son los pequeños despistes los que te matan en grandes estadios como el Camp Nou. Desde ahí hasta el final, el conjunto que dirige Ancelotti lo intentó pero ya sin el ahínco y tesón de la primera parte. A partir de ahora quedan 10 finales para que termine la liga y a pesar de lo que piensen algunos, este clásico se lleva dos conclusiones: El Barcelona es claro favorito pero el Real Madrid no está ni muchísimo menos descartado.
Si (
No(
