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Incluso se realizó un control en la puerta de la vivienda

La Policía Local sanciona a los asistentes de una Fiesta

La Policía Local sanciona a los asistentes de una Fiesta

Indignación por la presunta "desmesura" policial

miércoles 09 de julio de 2014, 11:31h

Con la llegada del periodo estival se reproducen las fiestas en las urbanizaciones de Alcobendas. Este tipo de eventos son un clásico del verano y más en La Moraleja, donde los residentes tienen parcelas con suficiente espacio para albergar un festejo de este tipo en condiciones. Desde hace casi 50 años este tipo de encuentros se multiplican en la urbe. Pero claro, con lo que los vecinos no contaban es con la presunta poca paciencia policial que, visto lo visto, los vecinos tendrán que tener muy en cuenta de cara al futuro.

Decimos esto por qué el pasado viernes, 4 de julio, un residente del Paseo Conde de Los Gaitanes celebró una fiesta americana de disfraces. En total, según nos cuentan a La Tribuna, la velada reunió cerca de 200 personas.

Que conste en "acta", que en las calles de La Moraleja no hay plazas de aparcamiento. Nunca han existido. Desde tiempos ha, los residentes de esta exclusiva zona residencial han invadido aceras para acudir a cualquier fiesta. Este comentario no es baladí pues ya en su día criticamos en La Tribuna el tipo de aceras que el Ayuntamiento ha puesto en las vías donde se ha visto actuar el "pico y la pala" municipal. Es evidente que si la Policía Local quiere, puede sancionar a todos los ciudadanos que acudan a una fiesta que se celebre en La Moraleja. Y cuando decimos todas, es todas. Los más de 40 kilómetros de viales públicas que conforman La Moraleja son de dos carriles y vale estacionar en uno para estar mal aparcado ¿Dónde aparcan pues? Más allá de lo que haya sucedido en la fiesta, vicisitudes que ahora contaremos, la Policía no debería de comportarse de tal manera, ya que nunca ha actuado así.

Volviendo al redil de la casuística del artículo, la fiesta y lo que generó provocó llamadas de vecinos colindantes que denunciaban el excesivo ruido que emanaba de la susodicha fiesta. Ante estas llamadas "vecinales" apareció la Policía y pasó lo que pasó. La sensación de los presentes es que la Policía actúo con desmesura y de una forma que nunca lo había hecho. Desde ahora, los residentes tienen que tener cuidado con la celebraciones en su casa.

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